Testimonio de colaboración
LO QUE SIGNIFICA PARA NOSOTROS SER MISIONEROS EN ESPAÑA

Aún recuerdo como si fuese ayer cuando Dios nos tomó como familia para ser enviados a España y ser parte de un Proyecto Misionero denominado los Esparcidos. Aquella mezcla de emoción, temor y duda. Emoción por que el tema misionero nos fascina, emoción por ser tomado en cuenta para algo muy importante, pero también temor; no deja de ser algo nuevo y miles de preguntas saltan por la cabeza: ¿Es tu voluntad Señor?, ¿Soy realmente yo quien debe de ir?, ¿podré cumplir con las expectativas del proyecto?
Han pasado los años y recordamos la fidelidad de Dios durante este tiempo, Ser misionero hoy es darnos cuenta que hemos sido enviados al mundo para amar, servir, predicar, enseñar, sanar y liberar (Moltmann). Implica tener grandes sueños manteniendo nuestra identidad en la oración, justicia, misericordia, humildad, obediencia y valentía. Con una actitud de servicio al igual que el ejemplo dado por Jesús. … El trabajo en la misión es el trabajo conjunto con el Espíritu Santo, la iglesia con sus estructuras y organizaciones
Han pasado los años y estoy convencido que el Espíritu Santo no nos ha desamparado… y aquellas experiencias han transformado nuestra vida para siempre.
Mantenemos nuestros recuerdos intactos de todos aquellos momentos vividos en España, de todas aquellas personas con quienes compartimos diferentes vivencias, cuantos influyeron poderosamente en nuestras vidas y a cuantos Dios nos usó para influir en sus vidas… Por qué las misiones dejaron de ser una vía de un solo sentido.
UN MAPA Y UN SALERO
Aún recuerdo como si fuese ayer que en una de nuestras reuniones conjuntas del liderazgo de la Iglesia del Pacto Evangélico del Ecuador, con un mapa de España y un Salero fuimos desafiados a trabajar con los inmigrantes ecuatorianos y convertirlos en misioneros involuntarios, y donde quiera que vayan puedan compartir las Buenas Nuevas de Jesucristo como su Señor y Salvador considerando que un 1% de la población española es Evangélica, existen muchos pueblos y ciudades donde no existe una sola iglesia evangélica y hay mucho por hacer.
“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres” S. Mateo 5: 13
…Pero para dar sal hay que salir del salero
Y este es un gran desafío, muchas veces nos encontramos cómodos en nuestras casas, o iglesias locales o estructuras eclesiales cumpliendo el mínimo de normas que nos exige la tradición cristiana sin que realmente estemos dispuestos a pagar un precio mayor y salir del salero.
SIN COOPERACIÓN NO HABRÍA TRABAJO…
Desde un principio teníamos claro que no podríamos hacer solos este trabajo, que era necesario buscar colaboración.
Sin cooperación no habría trabajo, (FIEIDE) La Federación de Iglesias Evangélicas de España) nos abrió sus brazos y a través de sus contactos y relaciones pudimos trabajar dentro del territorio español, permitió y ayudó a la integración y participación activa dentro de la vida de la iglesia evangélica española.
La Iglesia Unida de Suecia ha sido de mucho apoyo a este proyecto, proveyendo gran parte de los recursos financieros que se requirieron para este proyecto como también con el aporte de una pareja misionera los Gunnarsson.
La realidad de las misiones han cambiado, ya no existen países que envían misioneros y países receptores de misioneros, es cosa del pasado, creo que en nuestro mundo actual, en un mundo global; este es un buen modelo: Iglesias cooperantes en un proyecto común donde la interrelación y el trabajo en equipo es posible, respetando la diversidad cultural y a la vez aprendiendo a complementarse.
“Sin cooperación no habría trabajo”
Los seis años que vivimos en España y que aceptamos el desafío de ser misioneros cambiaron nuestras vidas para siempre…